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domingo, enero 20, 2008

¡Viva la cerveza!

Es éste un grito de dimensiones tan eufóricas como las que llevaron a Mariano Rajoy en su día a defender la bonanza de ese vino amenazado por el socialismo doctrinal: ¡Viva el vino!

Pero mi brindis por la cebada poco tiene que ver con razones de derecha o izquierda, centro, arriba y p´adentro. Tiene que ver más con la percepción de la economía que la cerveza nos da a los hombres. Así lo entiende un asesor de campaña (política) que considera que los hombres (tradicionales consumidores de cerveza) suelen tardar más en percibir que las mujeres las crisis económicas porque "el precio de la caña de cerveza no suele tener grandes altibajos". Así las mujeres, tradicionales dueñas de la economía doméstica y quienes se enfrentan a la cesta diaria de la compra (en eso yo soy muy mujer), son quienes antes detectan que la cosa viene mal dada. Lo cual me deja en una terrible situación como hombre (consumidor de cerveza) y mujer (que para algo soy de las que ejercen). ¿Qué hago? ¿Me chivo de que la cosa viene chunga o me dedico a beber pa que no se note?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mejor todavía. Deja que los colegas te inviten a unas cañitas (como después de la cabalgata...)

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